Imagen: logo de la segunda edición de Area Pulp con los personajes creados por Robert E. Howard, Conan el Bárbaro (1932, izquierda) y Solomon Kane (1928, derecha). Ilustración de Juanma Martín Rivas.
El pasado domingo 10 de noviembre Area Pulp organizó su segundo festival, en esta ocasión homenajeando a Robert E. Howard creador del famoso Conan el Bárbaro y de Solomon Kane. El lugar escogido fue la taberna Ovella Negra cercana a la calle Marina, en Barcelona. El festival aglutinó a escritores, ilustradores, artesanos, tiendas y profesionales relacionados con la literatura fantástica, la ciencia ficción, el cómic y los juegos de rol; y, por supuesto, a muchos aficionados a esos géneros.

Estos festivales surgieron con la idea de poner en contacto al gran público con creadores de contenido del fantástico y difundir una cultura poco conocida, pero rica en contenidos. El formato escogido es el de un mercado donde puedes pasear por los diversos puestos y charlar, comprar o debatir en las diferentes mesas redondas. El festival contaba además con un concurso literario, juegos de mesa, sesiones de maquillaje de efectos especiales y paradas de firmas de los diversos autores.

En la película Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994) se iniciaba el metraje con una definición de la voz inglesa pulp que en su segunda acepción decía: “Una revista o libro que contiene temas escabrosos y está impreso de forma característica en papel rugoso y sin guillotinar”. Tarantino ya había hecho patente su intención de hacer una película que fuera del mismo estilo que la revista Black Mask (1920), que se encuadraba dentro de ese formato y que trataba normalmente con historias de género negro. El propio título de la película se podría traducir como “narración pulp”.
Primeros minutos de la película Pulp Fiction.
Las revistas pulp fueron muy populares desde finales del siglo XIX hasta los años 60 del siglo XX, siendo un producto muy barato destinado a la evasión y a las clases populares, sobre todo a hombres, y con historias, como decía la definición, algo truculentas. El termino pulp (pasta o pulpa) es algo despectivo y se refiere al tipo de papel utilizado, amarillento y barato, de mala calidad y sin guillotinar, encuadernado en rústica.
Los argumentos solían ser simples, aunque no siempre, y usualmente incluían historias de ciencia ficción, terror, fantasía, romance y género negro. Eran frecuentes los temas sórdidos, eróticos, el consumo de drogas y la violencia donde el enfoque que daban los autores era muy directo, dejando de lado el desarrollo de los personajes y el dialogo a favor de la narrativa y la trama. Los nombres de las revistas solían contener palabras como “asombroso”, ”aventura”, “extraño”, “horror” o “espeluznante”, como en la famosa Weird Tales (Cuentos Extraños, 1922).

Su pico de mayor popularidad llegó en la década de los años 30, época en la cual el imaginario colectivo sitúa las historias de los personajes pulp más famosos. Tras la Segunda Guerra Mundial el aumento de los costes del papel debido a la escasez y la competencia de los comic-books, las novelas de bolsillo y la televisión hicieron declinar este formato. Aun así el relevo lo tomaron las llamadas revistas para hombres con historias de guerra, acción en lugares exóticos y chicas ligeras de ropa, pero ya con papel satinado.
Dentro de las revistas pulp surgieron personajes que posteriormente saltaron a la publicación en novela (a menudo recopilando los relatos de las revistas), el cómic o el cine como Buck Rogers, Conan el Bárbaro, los Mitos de Cthulhu, Doc Savage, Flash Gordon, John Carter de Marte, la Sombra, Tarzán o el Zorro. Multitud de autores pasaron por las páginas de este tipo de revistas, tan famosos como Isaac Asimov, Ray Bradbury, Philip K. Dick, Robert E. Howard o H. P. Lovecraft.
En Area Pulp podréis encontrar autores que dan homenaje a ese tipo de historias surgidas de las revistas pulp. Historias con anti-héroes, fantásticas, llenas de acción donde el misterio, lo oculto y la magia siempre están presentes. Historias que suceden en el futuro o en lugares exóticos, con sociedades muy distintas, y a la vez muy parecidas, a las nuestras. Aunque el formato y la calidad de muchas de las historias publicadas dejaran mucho que desear, las revistas pulp permitieron despegar a autores que hoy en día son ampliamente reconocidos. Un ejemplo de que la “cultura popular” puede realizar obras reflexivas y de alto valor, a menudo despreciadas por la llamada “alta cultura”.

Fotografías de Rubén Alonso Jiménez.