Imagen: cráneo de Australopithecus Afarensis (entre 3,9 y 2,8 millones de años antes de nuestro tiempo). El Australopithecus fue la primera especie de homínido en empezar a caminar sobre dos piernas. Fuente.
Los seres humanos, y todos los seres vivos, portamos genes (secuencias de ADN) en nuestras células que codifican la información sobre nosotros mismos en particular y sobre nuestra especie en general, descubrimiento realizado por J. D. Watson, F. Crick y R. Franklin en 1953 cuando desentrañaron la estructura molecular del Ácido Desoxirribonucleico (ADN). Ernst Mayr, fue uno de los mayores biólogos evolutivos del siglo XX e hizo grandes aportes a la síntesis moderna de la teoría de la evolución, que combina la selección natural de Darwin con las teorías de Mendel y la genética.
Entre otras muchas cosas Mayr nos propone un modelo dualista en el que un ser vivo obtiene un genotipo formado por genes concretos en su ADN y un fenotipo, expresión del genotipo en determinadas formas y proteínas. El primer concepto se desarrolla de forma lenta a lo largo del tiempo y es el afectado por la evolución, mientras que el fenotipo cambia de forma más rápida y es más próximo a la escala de pensamiento humana. Un mismo genotipo puede dar lugar a diversos fenotipos, es el resultado de la interacción del genotipo con el medio ambiente: el alimento del que disponemos, el tipo de aire que respiramos, la humedad o las temperaturas. Por otro lado el genotipo también reacciona a las condiciones ambientales, pero de forma independiente. Mientras que el genotipo condiciona al fenotipo este último no puede influir en el primero, su evolución es producida por mutaciones y la selección natural.
La evolución se rige por procesos de cambio graduales, en contraposición a los cambios bruscos o catastróficos. El concepto de gradualismo fue acuñado por Lyell en el estudio de la geología y aplicado por Darwin a su teoría de la selección natural. La cotidianidad y la acción uniforme y gradual es mucho más importante que los sucesos puntuales. La aparición de novedades se produciría gracias a la intensificación de la función de determinadas estructuras, las cuales aparecen previamente, y su posterior cambio en la función. Por ejemplo, las mutaciones que llevan a las plumas de las aves se produjeron antes en los reptiles llevando a estados graduales como los Archaeopteryx y posteriormente la intensificación de la función produjo un cambio hacia la creación de alas.
En resumen, la evolución se produce a partir de mutaciones aleatorias en los genes, independientemente del efecto que tengan en el organismo. La selección natural posteriormente dirige la evolución proporcionando genotipos viables y dando lugar a nuevas especies o extinguiendo a otras.
La cantidad de diferencia genética entre los homínidos es bastante baja. El ser humano difiere 1,4% del gorila, 1,2% del chimpancé y 2,4% del orangután. A su vez las diferencias entre esas especies entre sí están entre el 1 y el 3% de los genes. A partir de un antepasado común los primates de dividieron entre los asiáticos y los africanos; posteriormente los primates africanos se dividieron en tres ramas: los gorilas, los chimpancés y los antepasados de los humanos. La primera especie de homínido que lleva directamente a la nuestra es el Australopithecus.
Existen muchas especies de Australopithecus: boisei, africanus, afarensis y robustus, por citar los más importantes, que varían según la región donde vivían (Sudáfrica y Etiopía son los yacimientos más importantes) y la época. Este género de homínidos vivió entre los 4 millones y 1 millón de años antes de nuestra era. Sus características primates comprenderían un paladar similar al de los gorilas y los chimpancés, arcos ciliares desarrollados, prognatismo, cráneo pequeño y morfología cerebral parecida a la del resto de primates. Sus características humanas incluirían manos con pulgares oponibles y similares a las nuestras, locomoción más o menos bípeda y caninos e incisivos reducidos a partir de una dieta con más importancia de vegetales que de carne.
La evolución hacia nuestra especie produjo un mayor cerebro, un mayor volumen corporal, una disminución del dimorfismo sexual en la altura, variaciones en la proporción de las extremidades, reducción de la dentadura y cambios en el aparato locomotor. El bipedismo del Australopithecus fue determinado por Johanson a partir del descubrimiento de Lucy en 1974 donde se analizaron sus rodillas y las huellas encontradas.

Los gorilas caminan inclinados y apoyados en sus brazos, los orangutanes utilizan sus brazos para desplazarse (braquiación) y los chimpancés son cuadrúpedos. Este último estado parece ser la etapa anterior al bipedismo humano: el resultado de presiones electivas sobre un organismo cuadrúpedo. El centro de gravedad se desplaza hacia el coxis, aparecen alteraciones en la base del cráneo y mecanismos estructurales para transmitir el peso del tronco hacia las piernas (mayor pronunciamiento de las curvas y aumento del grosor de las vértebras base). Posteriormente la pelvis y los pies también se modifican y toda la pierna se ve remodelada: el fémur, la rodilla y el tobillo cambian de forma e inclinación.
Los motivos de este cambio podría ser un cambio en el clima que obligó a los Australopithecus a bajar de los árboles, con la consecuente liberación de las manos, pero este planteamiento clásico es criticado por Mayr: la especie vivía rodeada de abundantes árboles, usaban herramientas y eran bípedos. Otras hipótesis han surgido para explicar el bipedismo:
- Uso de herramientas: presupone inteligencia antes del bipedismo, pero no afectaría igual a todos los individuos y otras especies no bípedas tendrían que haber hecho este cambio y no se ha producido (por ejemplo, en los chimpancés).
- Transporte de alimentos e hijos: igualmente los chimpancés también lo realizan.
- Observación a distancia: no afecta a todos los individuos, en un grupo con solo unos cuantos ya serviría, además otras especies no bípedas como los suricatos también lo realizan.
- Recogida de alimentos en lugares altos: otra vez más, los chimpancés también lo hacen.
- Conducta sexual y social: comportamiento que afectaría a la supervivencia y a los nacimientos, en este caso la monogamia y un macho que abasteciera de alimentos a la hembra. Presupone, como la primera, inteligencia previa y además, los chimpancés también hacen algo parecido.
Estas hipótesis no son excluyentes y es posible que se hayan dado en combinaciones variadas, incluso es posible que esas combinaciones expliquen porque otros primates no han cambiado a un modo bípedo. Sea como sea caminar sobre dos piernas produjo al ser humano la movilidad necesaria para desplazarse grandes distancias y sin esta capacidad no hubieras sido posible la extensión posterior a parir del continente africano durante el Paleolítico.