El comercio Euroasiático y el Islam

Imagen: fuerte de Qaitbay, fortaleza construida en 1477 en la isla de Faros, en Alejandría. Se enmarca dentro de un proyecto de defensa del comercio egipcio contra los turcos, Alejandría era uno de los puntos más importantes del comercio mediterráneo oriental en el siglo XV. Fuente.

Durante el siglo XV existieron tres regiones marítimas capaces de comunicarse interiormente y crear una red de comercio internacional. La primera era Europa, formada por el mar Mediterráneo, el mar Báltico, el mar del Norte y la costa Atlántica. La segunda el océano índico septentrional formada por el golfo de Bengala, el mar Rojo, el golfo Pérsico y el mar Arábigo. Y finalmente los mares de China, el mar Oriental, el Meridional y el mar Amarillo.

Los barcos chinos durante esa época eran los mejores del mundo, con un cabotaje de 1000 a 1500 toneladas métricas, y solamente trataban con comerciantes chinos en los mares aledaños a su país. De todas formas, el control de esos mares por parte del Estado Central (Chon Guoó, 中国) era total. En el norte de Europa se podían encontrar barcos de todo el continente y el control económico estaba dirigido por la Liga Hanseática: una federación mercantil de 30 ciudades alemanas, danesas y polacas que financiaba y protegía el comercio desde Londres a Nóvgorod, con sede en Lubeca.

En el sur, en el Mediterráneo, el comercio estaba dominado por tres ciudades, Venecia, Génova y Barcelona que llegaban a controlar entre el 50% y el 80% de las transacciones. Además muchas otras ciudades eran sucursales de las anteriores como el caso de Rodas o Ragusa. Barcelona perdió su posición en el mercado mediterráneo debido a las epidemias de peste negra (1348, con rebrotes hasta 1450) y las guerras Remensa (1462-1485), siendo Valencia la ciudad que la sustituyó como centro comercial de Aragón.

El comercio mediterráneo era casi siempre de mercancías, llevando lienzos, armas, sal (menorquina, gaditana y francesa), coral y esclavos para vender en oriente en las ciudades de Constantinopla, Beirut y Alejandría. A cambio recibían especias, colorantes, azúcar, seda y gemas. Para acabar de cargar las galeras se solía añadir algodón egipcio o vino griego. Como la oferta europea era menos ventajosa que la oriental se utilizaban oro y plata para equilibrar los precios. La supremacía de Venecia, Génova y Barcelona se basaba en su posición cercana a los puertos orientales, sus grandes astilleros y a que producían sus propias manufacturas, junto  una red de “colonias” repartidas por el Mediterráneo que proporcionaban abastecimiento y refugio a sus barcos.

La conexión entre el sur y el norte de Europa se realizaba en Amberes, máxima distancia donde podían llegar las galeras, y allí se realizaban los intercambios con los barcos hanseáticos, que mantenían el monopolio comercial del norte. Los productos del norte eran fundamentalmente trigo polaco, madera báltica, pieles y arenques. Amberes era una ciudad, casi autónoma, en la desembocadura del río Escalda, entre el ducado de Brabante y el condado de Flandes, que había ganado importancia tras el declive de Brujas. Estaba fortificada y se convirtió en el centro de la geografía del siglo XVI hasta 1576 cuando fue destruida por las tropas españolas y sus funciones se trasladaron a Ámsterdam.

En cambio la conexión entre el Oriente y Europa era el mundo islámico. Mientras que el comercio del oeste del mediterráneo estaba dominado por las ciudades italianas y aragonesas, el este lo controlaban ciudades musulmanas. De esta forma creaban un puente entre el comercio de Oriente y Europa, implantando aranceles y comerciando a su vez entre ambos mercados. Esto creaba un problema para el comercio europeo ya que encarecía sus compras y abarataba sus precios debido a la existencia de un intermediario.

Otro problema lo creaba la dependencia del oro y la plata para poder comerciar, que no retornaban. Se dependía de las minas que poco a poco se iban agotando. Solamente quedaba una fuente de oro que procedía del mercado de Tombuctú en África, donde se podía comprar también esclavos, y llegaba a la costa norte. Los africanos querían caballos y barcos, no les interesaban otras mercancías europeas, y la venta de barcos no era aceptable para las ciudades mediterráneas, ya que permitía lanzarse a la piratería marítima a los bereberes.

Intentado controlar el mercado del norte de África directamente los portugueses conquistaron Ceuta en 1415, pero al poco tiempo se dan cuenta de que las rutas dejan de pasar por esa ciudad, derivándose primero a Tánger y posteriormente, tras la conquista de esa ciudad, a otros lugares. Empeorando la situación, en 1453 los turcos conquistaron Constantinopla cerrando uno de los pocos puertos cristianos del Mediterráneo oriental y cerrando el bloqueo turco de esa región. Con esta situación de cerrojo comercial el comercio con Asia y el Islam cada vez era más complicado, lo que impulsó a los europeos hacia la única vía que les quedaba: la expansión marítima hacia el oeste.

¿Por qué China no emprendió una aventura similar? Tras los viajes de Cheng Ho los mandarines destruyeron y prohibieron una flota durante siglos. No les interesaba ningún producto extranjero ya que eran prácticamente autosuficientes, mientras que estos podían llevarles guerras y problemas sociales. Tampoco tenían una industria manufacturera importante que exigiera comerciar con sus productos en el extranjero. De todas maneras, el centro de gravedad de la economía mundial hasta el siglo XVIII fue China que atraía toda la plata mundial. En el siglo XI se había creado el papel moneda, pero provocó una crisis inflacionista en los siglos XIII y XIV que obligó a adoptar un referente sólido y valioso para poder detenerla. China exportaría oro hacia Europa y recibiría plata desde allí, América y Japón, pero no comerciaría con nada más hasta la llegada de los europeos en el siglo XVI.

La iconoclastia

Imagen: mosaico de la iglesia de San Demetrio en Tesalónica mostrando al santo, el obispo y al eparca (siglo VII). La veneración de los santos locales fue el principal problema de la iconoclastia. Fuente.

León III el isáurico, stratega de Anatolia, se impuso como emperador tras las revueltas en los themas fronterizos durante 717. La dinastía isáurica tuvo muchos más problemas exteriores que sus antecesores heráclidas, sobre todo con los árabes y los pueblos del norte. Durante su reinado se produjo una apertura hacia el mundo eslavo y húngaro, principalmente con los rusos y el principal problema que tuvieron que gestionar fue la iconoclastia. La iconoclastia fue una querella intelectual y religiosa que dirigió la historia del Imperio Romano de Oriente durante un siglo. En el fondo escondía una pugna político-social y los esfuerzos de la dinastía isáurica por superar las crisis del siglo anterior y restaurar la eficacia política del emperador.

Primer periodo iconoclasta

               León III (717-741) – retira la imagen de bronce de Cristo del palacio imperial.

               Constantino V (741-775) – concilio iconoclasta en Hieria en 754.

               León IV e Irene (775-780)

Periodo iconódulo

               Irene (780-790) –  regente, II concilio de Nicea en 787.

               Constantino VI (790-797) – depuesto por su madre, Irene.

               Irene (797-802)

               Nicéforo I (802-811)

               Miguel I (811-813)

Segundo periodo iconoclasta

               León V (813-820) – concilio iconoclasta en Constantinopla en 815.

               Miguel II (820-829)

               Teófilo (829-842)

               Teodora (842-867) – regente.

La iglesia cristiana representaba las imágenes divinas sin ningún problema anteriormente, pero durante los siglos V y VI hubo una proliferación masiva de imágenes de Cristo, María y los santos. El conflicto iconoclasta tuvo más que ver con la representación de los santos (hombres no divinos, sagrados para el pueblo, pero no para la institución eclesiástica), que  con el debate intelectual sobre lo que se puede o no se puede representar en imágenes. En el siglo VII hubo un auténtico frenesí por la veneración de los iconos. Se empezó a desplazar la autoridad del emperador hacia la imagen, no se reconocía al emperador como salvador victorioso sino al icono del santo o de la virgen. La discusión se produjo sobre todo entre la jerarquía eclesiástica y el estado contra los monjes, los depositarios de la tradición del “Hombre Santo”.

León III inició la disputa al tiempo que intentaba establecer una relación más estrecha con el papa Gregorio II.  Al principio depuso al patriarca de Constantinopla por uno favorable a la iconoclastia y al poco redactó el decreto que obligaba a destruir las imágenes en todo el imperio. Como resultado las relaciones con Roma se rompieron. Su sucesor Constantino V fue el iconoclasta más radical. En el primer concilio iconoclasta asistieron más de 300 obispos y se prohibieron todas las imágenes en las iglesias. No sólo eso sino que también empezaron a realizarse persecuciones contra los monjes y los ermitaños.

La emperatriz Irene consiguió regresar a una política centralista, pero de carácter iconodulio. Para ello se apoyó en la burocracia e incluso nombró a funcionarios como sacerdotes y patriarcas. Tras el II concilio de Nicea la iconodulia volvió al Imperio de Oriente. Pero tras la emperatriz el poder de la maquinaria del estado era tal que los emperadores fueron impuestos por los burócratas y los militares hasta León V. León volvió a la iconoclastia proclamando las mismas medidas que sus antecesores, hasta que la emperatriz Teodora instauró de nuevo la iconodulia en el Imperio.

El resultado de esta crisis afectó a la situación de lo sagrado en Europa, permitiendo el culto a la imagen y su difusión, hasta el siglo XVIII. El punto de partida fue el valor real de la imagen. Aunque las fuentes iconódulas pretenden mostrar la herejía iconoclasta como algo fuera del ámbito del imperio, en realidad es un asunto totalmente interno. El conflicto político y social Resultó en un choque con la tradición iconódula del imperio mismo y del propio cristianismo. El debate se centró en discernir qué es lo sagrado en el imperio y, sobre todo, quién lo gestiona.

Según los iconoclastas lo sagrado es aquello que ha sido bendito por un sacerdote, los espacios consagrados por un obispo y, finalmente, el signo de la cruz. Para los iconódulos las imágenes son ilustrativas, conmovedoras y representativas de escenas bíblicas y rostros conocidos. Pero para el imperio del siglo VII no representaban a lo sagrado, sino que son sagradas y pueden interactuar con el mundo. Afirmaban que las imágenes hechas por el ser humano rememoran el prototipo del icono original de aquel tipo y por eso mismo son sagradas. Por ejemplo, que todas las imágenes de la Virgen provienen de la que dejó San Lucas y por tanto comparten una línea sacra.

Según Ernst Kitzinger la iconodulia siempre ha sido básica en el Mediterráneo excepto entre los judíos y los musulmanes. El cristianismo adoptó la iconodulia anterior y la sacralizó, aunque con cierto freno y distanciamiento. Durante el siglo VII este freno de la iglesia se disipó, sobre todo a partir de Justiniano II y el uso que hacían los emperadores de las imágenes. A partir de Peter Brown, durante los siglos V y VI se expandió rápidamente la veneración del “Hombre Santo”, resultando en un culto al icono viviente del emperador y del anacoreta, que una vez muertos se vuelven iconos santos en sus lugares de influencia. Estos santos no son sacerdotes nombrados por un obispo y por tanto no estarían consagrados por la iglesia y se situarían fuera de su control.

Finalmente, los motivos que llevaron a la disputa estaban más centrados en la lucha de la autoridad carismática individual (los santos) contra la autoridad institucional (el estado). La pérdida de fronteras, el auge del Islam, la pérdida de confianza en la política y la militarización del Imperio influyeron ampliamente en el viraje hacia una autoridad más local y carismática. Los poderes locales (santos, ermitaños y nobles) se afianzaron mientras que el estado y el emperador buscaban centralizar la política y destruir esas imágenes de descentralización regional. De esta manera el conflicto iconoclasta se basaría en una lucha del estado contra los monjes y anacoretas rompiendo el icono, y con ello la influencia del santo presente y futura, para poder recuperar la autoridad central.

El Japón medieval (II)

Cultura y religión

Imagen: Gran Buda (Daibutsu) del templo Kōtoku-in en Kamakura de 1252. Representa a Amida un iluminado (buda) que tiene el más alto rango en el panteón budista (Nyorai). Amida es el Nyorai relacionado con el oeste, la luz y la vida infinita; es el principal buda de la secta de la Tierra Pura. Fuente.

Durante la Edad Media en Japón se desarrolló la cultura de los samurái. Un samurái (servidor) era un guerrero que militaba bajo las órdenes de un señor (como vasallo) y que pertenecía a la casta guerrera de Japón, los buke. Inicialmente los buke servían como soldados a la aristocracia imperial, pero, como hemos visto en la entrega anterior, acabaron siendo el auténtico poder en el país controlando la administración, el gobierno y la vida civil.

Los samurái surgieron en familias que se dedicaban a la violencia para proteger o atacar las tierras de otros, a veces al servicio de familias más poderosas o para ellas mismas. Un grupo de familias vinculadas por parentesco, concesiones de tierras u obligaciones formales formaba un clan para aumentar su influencia política y militar. A su vez las familias y los clanes podían disponer de vasallos, ya fueran otras familias o individuos. Los clanes podían aliarse formando poderosas unidades políticas como fueron los clanes Minamoto y Taira, que recibían el nombre de la familia más influyente. Los líderes de esos clanes y poseedores de grandes extensiones de tierra eran llamados daimios.

La cultura samurái gira entorno al bushido (camino del guerrero) que promueve la lealtad, la excelencia, el deber, la valentía, la sinceridad y el honor a cambio de tierras o estipendios. El bushido no recibió forma escrita hasta el siglo XVI. El giri (obligaciones y responsabilidades) es el otro pilar de la cultura samurái y exige del servidor que cumpla con lo que se espera de él por parte de la familia. Los conflictos con los sentimientos (nenjo) como la piedad o el amor son frecuentes. En definitiva un samurái estaba entrenado para obedecer y matar.

El fallo a un señor, al giri, perder una batalla o la muerte violenta del señor podían provocar el suicidio del samurái, el seppuku. Este suicidio ritual estaba reservado a la casta guerrera y era una manera de limpiar el honor tras haber sido incapaz de cumplir con su deber. Consiste en destriparse uno mismo con una espada corta, si era posible la asistencia otro samurái podía cortar la cabeza del suicida para evitarle el grandísimo dolor. Normalmente un samurái utilizaba la meditación del budismo zen para prepararse antes del ritual. El seppuku se ofrecía también como alternativa honorable a ser ejecutado, como condición  para una rendición o como exigencia en un tratado de paz.

Durante el Sengoku hubo una gran demanda de samuráis debido a las constantes guerras entre clanes y daimios. En 1588 Hideyoshi decretó que sólo los samurái podían llevar espadas y en 1591 que tanto éstos como los ashigaru (soldados, campesinos armados) debían vivir en el castillo del señor, separándolos de la población civil. Más tarde en el período Edo-Tokugawa con el país unificado y la ausencia de conflictos internos los samurái se convertirían en burócratas. Durante ese periodo los samurái sin señor (ronin) se hicieron moderadamente frecuentes ya que la ley les prohibía entrar al servicio de otros señores, así que tenían que vivir como vagabundos, mercenarios, guardaespaldas, maestros o hacerse monjes.

La religión samurái se basaba en la mezcla del budismo y el sintoísmo, además de influencias taoístas y confucionistas. El sintoísmo es la religión tradicional de Japón y reverencia a todas las cosas de la naturaleza, creyendo que todo posee su propia divinidad (kami). Su tradición es oral y da mucha importancia a la limpieza del cuerpo y la mente buscando el bienestar del ser humano y la armonía con la naturaleza. Como la muerte, la enfermedad y la sangre se consideran impuros no se realizan ritos de nacimiento ni de muerte. Las tres insignias imperiales del Japón se componen de objetos entregados por los mayores kami: el espejo de Amaterasu diosa del Sol, la espada de Susano-O dios del mar y las tormentas y las joyas de Tsukuyomi el dios de la Luna. Su existencia está documentada desde el siglo VII y aun se conservan hoy en día.

El budismo busca alcanzar la iluminación entendida como la comprensión total de la relación del ser humano con el universo. Un iluminado (buda) ha llegado a ese estado de comprensión y se considera liberado de las ataduras materiales (nirvana) gracias a una vida de correcta autodisciplina. Aunque no tienen divinidades per se sí rinden culto a individuos que han alcanzado la iluminación, pero conservan lazos con el mundo material para ayudar al resto de personas a llegar al nirvana (bosatsu, bodhisattva). Las diversas sectas budista discrepaban en puntos secundarios de la doctrina y se enfrentaban violentamente a menudo por tierras, poseyendo guerreros y fortalezas. El budismo trata de eliminar las emociones violentas como el odio y la envidia y sustituirlas por otras positivas como el amor, la tolerancia y la comprensión. Creen en la reencarnación del alma en ciclos de vida, muerte y renacimiento y suelen evitar matar, muchos de ellos son vegetarianos, ocupándose de enfermos y funerales.

El zen es la principal escuela budista de Japón, fundada por Bodhidharma en China en el siglo VI bajo el nombre de chan. Su base filosófica explica que la meditación, la contemplación y la concentración llevan a la iluminación. El zen es una rama del budismo Mahāyāna, una de las tres principales vías del budismo. El Mahāyāna establece que la iluminación pude conseguirse de forma gradual o mediante intuición súbita, lo que entenderíamos como chan o zen. Liberándose de todo pensamiento se consigue súbitamente la iluminación, experimentando la realidad absoluta y la verdadera naturaleza de la existencia. En el camino hacia la iluminación se pude llegar a menudo a un satori, un estado momentáneo de percepción del absoluto, frecuentemente a través del estudio de los koan, enigmas y paradojas que tratan de liberar la mente, o de actividades como la ceremonia del té, el tiro con arco, la caligrafía, la pintura o el arreglo floral.

La filosofía zen influyó ampliamente en el arte samurái provocando sencillez, austeridad y asimetría en sus formas. El teatro , por ejemplo, es la evolución de danzas sintoístas tradicionales hacia escenas simbólicas más sutiles, sin escenario, enfocado a la elite del país. Los famosos jardines de piedras (karesansui) mediante rastrillos están muy presentes en los templos budistas y también son un ejemplo del arte zen.

Finalmente la sociedad medieval japonesa entró en contacto con Europa en el siglo XVI cuando el país estaba en proceso de unificación. En 1543 los portugueses introdujeron las armas de fuego y en 1549 los españoles el cristianismo. Inicialmente los misioneros cristianos fueron bien recibidos ya que facilitaban el comercio para obtener armas de fuego y otros productos. Además Nobunaga los utilizaba para acabar con las facciones budistas que se le oponían. En 1582 había 150 000 cristianos en Japón, lo que hizo preocupar a los daimio ya que tenían mayor obediencia a su dios que no a su señor. En 1587 Hideyosi promulgó un edicto de expulsión de los cristianos y en 1596 crucificó a 26 misioneros, finalmente en 1614 Tokugawa prohibiría el cristianismo justo después de una expedición que llevaría japoneses a España.

El Japón medieval (I)

Periodos y cronología (siglos XII al XVI)

Imagen: representación de la Guerra de Ōnin (1467) por Utagawa Yoshitora (c. 1870).

A principios del siglo XII en Japón la tierra pertenecía a los aristócratas, los monasterios budistas, los funcionarios imperiales y los terratenientes locales, donada por el emperador, y mucha de esa tierra estaba exenta de impuestos, los llamados shoen. El shoen facilitó la formación de  poderosos clanes militares ya que estaba fuera de la administración civil y se otorgaba o se donaba con concesiones sobre sus beneficios, literalmente el shoen estaba fuera de toda inferencia del gobierno.

Los propietarios donaban parte del beneficio del shoen a señores más poderosos a cambio de protección. Éstos formaban sus propias milicias para proteger y ampliar sus posesiones estableciéndose una relación de señor-vasallo. Con el tiempo los jefes provinciales y sus vasallos formarían grupos armados con espadas que se convertirían en la clase samurái (servidores). Dos clanes militares gobernaban la periferia de la isla principal en esa época, el clan Minamoto (de la región de Kanto) y el clan Taira (de la región de Chugoku).

Periodo Kamakura (1185 a 1333)

El primer shogunato de Japón tenía como base la ciudad de Kamakura (cercana a la actual Tokio). El gobierno era de corte militar y representaba la toma del poder de la casta guerrera y la feudalización del país. Anteriormente el poder del estado estaba representado y se ejercía desde el emperador, el gobierno civil y la aristocracia. Tras la guerra Genpei entre los clanes Minamoto y Taira por diferentes pretendientes al trono imperial Minamoto Yoritomo se consolidó como gobernante de facto de Japón, derrotó al clan Taira y el emperador no tuvo más remedio que reconocerle como Seitaishōgun (gran general que derrota a los bárbaros) en 1192. Se reconocía de esta manera la supremacía del poder militar y se creó el bakufu (gobierno militar, literalmente gobierno de la tienda).

Cuando el emperador nombró shogun a Yoritomo perdió el poder administrativo y no lo recuperaría hasta la era Meiji, se rechazó también en ese momento el modo de vida de la corte de Kioto.

Se nombraron a los shugo, protectores militares de las provincias que acabarían apropiándose de ellas formando dominios latifundistas y nombrándose posteriormente daimio (gran nombre), nobles militares. Los títulos de protector se otorgaban según la fidelidad y el éxito militar y, aunque subordinados a la autoridad del shogun, a la práctica eran muy autónomos.

La cultura del bushido surgió en esta época, gracias al dominio de las clases guerreras, y el budismo se expandió y se diversificó en varias escuelas adaptándose a la mentalidad nipona. Se fomentó la austeridad, las artes y las disciplinas marciales propias del samurái. El shogun actuaba en nombre del emperador, tenía el poder militar y político, recaudaba impuestos, nombraba a los gobernadores provinciales (jitō) y a los condestables (shugo). Era un sistema similar al feudalismo donde a cambio de sus servicios el señor concedía derecho a recaudar rentas de la tierra.

A partir de 1203 el clan Hōjō se convirtió en regente del shogunato de forma hereditaria a partir de la viuda de Yoritomo, lo que a la práctica convertía al clan en gobernante del país, influyendo y deponiendo a los shogunes según sus intereses. Esto se acrecentó tras el fallido golpe de estado del emperador Go-Toba en 1221 que además hizo que se nombraran miembros de otras familias o de la dinastía imperial como shogun.

Kublai Kan, emperador mongol chino de la dinastía Yuan exigió la sumisión de Japón a su imperio en 1274. La negativa del bakufu forzó la invasión por mar que fue suprimida gracias al kamikaze (viento divino), un huracán que destruyó la armada mongol en 1281.

El paso del tiempo erosionó los recuerdos y lealtades de la guerra Genpei entre los militares del bakufu y sus descendientes y la lealtad al shogun era cada vez menor, mientras que su compromiso con los poderosos jefes locales aumentaba. También había cada vez más problemas económicos, hambrunas y levantamientos. Los Hōjō además despertaban mucho recelo entre los demás clanes por su posición de regentes y en 1331 el emperador Go-Daigo intentó un golpe de estado contra ellos.

Periodo Muromachi o Ashikaga (1336 a 1573)

Se estableció así el segundo shogunato de la historia de Japón por Ashikaga Takauji tras el fallido intento del emperador Go-Daigo de retomar en el poder. Takauji apoyaba inicialmente al emperador contra el shogunato kamakura, pero el intento de crear un gobierno imperial fuerte al estilo chino y de eliminar la presencia samurái de la política provocó una serie de revueltas contra el emperador que Takauji utilizó para proclamarse shogun (restauración Kenmu, 1333 a 1338).

El shogunato tuvo problemas de recaudación de impuestos durante esta época, mientras los shugo se hacían con el poder en las provincias y se acabaron convirtiendo en Daimio formando grandes latifundios.

Muromachi era el área de Kioto donde residía bakufu. Los daimio controlaban los feudos (que formarían la base de los han del periodo Edo), mientras que el shogunato perdía cada vez más poder con shogunes más y más ineptos que dependían de la lealtad de sus vasallos directos. La economía en este periodo, por contra, era floreciente, mejorando gracias a la explotación de la tierra por parte de los daimios y el comercio con China en la primera mitad del periodo. Tras el bloqueo chino se introdujo el comercio con Europa que no paró de aumentar hasta el aislamiento del periodo Edo-Tokugawa. El budismo zen, la ceremonia del té y el fueron expresiones culturales en expansión durante este periodo.

Periodo Nanbokucho (capitales del sur y el norte, 1336 a 1392)

Durante este periodo existieron dos cortes imperiales y sendas capitales en Japón. La corte del norte (hokuchō), con base en Kioto, era respaldada por el shogunato, mientras que la del sur (nanchō), con base en Yoshino (provincia de Kii), recibía el apoyo de una rama de la familia imperial que no aceptaba la entronización del emperador que había hecho Takauji. En 1392 tras años de declive y lucha, la corte del sur reconoció a la corte del norte como legitima y se fueron alternando en el poder, aunque de hecho la corte del norte era la auténtica gobernante.

Periodo Sengoku (Estados guerreros, 1467 a 1568)

Fue una guerra civil que empezó con la guerra de Ōnin, una disputa por el título de shogun. El poder del shogunato de los Ashikaga fue eliminado, reduciendo su esfera de influencia a la ciudad de Kioto. En las provincias los daimios luchaban por la supremacía militar y el dominio del país. El comercio con China se resintió y la piratería era frecuente, en consecuencia la China Ming dejó de comerciar con Japón favoreciendo la entrada de comerciantes Europeos.

En esta época solo contaba el poder militar, el número de guerreros y la acumulación de feudos, se impuso el mayorazgo (heredaba el varón mayor) y las mujeres perdieron todos sus derechos. Las guerras, plagas, sequías e impuestos provocaron insurrecciones campesinas y algunos campesinos lograron hacerse samuráis. La base económica era la agricultura, de la cual los campesinos entregaban más del 75% de la cosecha en impuestos, lo que provocaba que vendieran a sus hijas a los burdeles y entregaran a sus hijos a los monasterios. Las ciudades crecieron, así como los gremios de artesanos y el comercio y los daimios se enriquecieron con él.

Periodo Azuchi-Momoyama (1568 a 1603)

Periodo nombrado así por los castillos de Oda Nobunaga y de Toyotomi Hideyoshi. Nobunaga entró en la capital de Kioto victorioso en 1568 para poner en el poder al último shogun Ashikaga. Nobunaga se consolidó como el daimio más fuerte del país, eliminando a todos sus rivales y estableciendo un libre mercado en la isla, aboliendo finalmente el shogunato de los Ashikaga en 1573 cuando el último de ellos se exilió.

Con ayuda de Hideyoshi, gobernador de la capital, pactó con los daimios amigos, redujo a los hostiles, sometió a los templos budistas expansionistas, restauró el orden y acogió favorablemente a los misioneros y comerciantes portugueses llegados desde 1542.

Finalmente fue traicionado y obligado a cometer seppuku en 1582. Hideyoshi lo sucedió y acabó siendo nombrado kanpaku (regente) del Japón. En 1590 acabó derrotando a los pocos clanes que se le oponían y unificó el país. Hideyoshi remodeló en parte el sistema productivo y de peajes, consolidó el sistema de castas y controlaba la regencia desde la posición de regente retirado (taikō, gran príncipe). Continuó la reunificación, estimuló el comercio con Filipinas, Camboya y Siam, construyó los palacios de Yoraku y Momoyama, así como el castillo de Osaka, puso en explotación minas de oro y plata, sometió a los daimios y fomentó la cultura.

En 1592 concibió la magna idea de conquistar la China Ming pasando por Corea, la campaña fue algo desastrosa y termino con la muerte de Hideyosi en 1598. Los cinco daimios más importantes gobernaron brevemente el país hasta la batalla de Sekigahara donde Tokugawa Ieyasu se proclamó vencedor lo que le llevaría a ser nombrado shogun y trasladar la capital a Edo (Tokio) en 1603.

Cronología

Siglo XII

1156: Taira Kiyomori respalda al emperador Go-Shirakawa en la Rebelión Hōgen, los Taira derrotan a los Minamoto que apoyaban al rebelde emperador retirado Sutoku.

1160: Rebelión Heiji, Taira Kiyomori se convierte en el gobernante de hecho de Japón derrotando a los Minamoto que buscaban venganza y recibiendo los más altos honores y rango.

1180: Primer caso registrado de un seppuku formal, Minamoto Yorimasa.

1175: Hōnen introduce la secta Jodo-shu del budismo, secta de la tierra pura.

1177: Un incendio destruye el centro de Kioto.

1180: Por miedo a un golpe de estado Kiyomori traslada la capital a Fukuhara (actual Kobe).

1185: Guerra Genpei, los Minamoto destruyen a los Taira, batalla de Dan-no-ura.

1192: Minamoto Yoritomo nombrado primer shogun, establece el gobierno en Kamakura.

Siglo XIII

Eisai establece el budismo zen en Japón.

1203: El clan Hōjō asciende al poder como regentes.

1221: Guerra Jōkyū, los emperadores retirados Go-Toba y Juntoku incitan a los samuráis a rebelarse contra los Hōjō. Hōjō Yoshiyoki los derrota y confisca las haciendas imperiales.

1257: Kamakura sufre graves daños por un terremoto.

1268: La primera de varias delegaciones chinas (mongoles) exige tributo a Japón.

1274: Primera invasión mongol de Kyushu.

1275: Se ejecuta a los enviados chinos (mongoles) que exigían tributo.

1281: Segunda invasión mongol, las fuerzas de Kublai Kan son derrotadas por el kamikaze.

Siglo XIV

El teatro florece bajo patrocinio samurái.

1331: Guerra Genko, el emperador Go-Daigo incita una rebelión contra los Hōjō. Busca la ayuda de aliados en Kusunoki Masashige pero es capturado por Hōjō Takatoki.

1332: Go-Daigo se exilia y vuelve con refuerzos; Ashikaga Takauji, inicialmente aliado de los Hōjō, los traiciona y se une al emperador.

1333: Las fuerzas imperiales incendian Kamakura bajo mando de Nitta Yoshisada, Takatoki comete seppuku.

1336: Takauji se rebela contra Go-Daigo y se nombra shogun, Masashige y Yoshisada se mantienen fieles. Dos cortes, una en Kioto y otra en Yoshino. Takauji depone a Go-Daigo y nombra emperador a Kōmyō.

1338: Takauji destina el bakufu al distrito de Muromachi en Kioto.

1392: Reunificación de las cortes.

Siglo XV

1412: Go-Komatsu abdica como emperador, revueltas en las provincias.

1418: Ashikaga Yoshimochi mata a su hermano Yoshitsugu en la aspiración a shogun.

1428: El shogun Ashikaga Yoshinori nombra a Go-Hanazono emperador, revueltas en Ise.

1441: Akamatsu Mitsusuke asesina al shogun por miedo a su propio asesinato, los seguidores del shogun le persiguen y comete seppuku.

1449: La peste asola Kioto.

1457: Revuelta de los ainos que es aplastada.

1467: Guerra Ōnin, facciones familiares rivales se disputan el shogunato, Kioto queda deshabitada y la familia imperial arruinada.

1477: Fin de la guerra por agotamiento de los participantes.

Siglo XVI

Aparecen el ikebana, los jardines de piedras y el uso de netsuke.

1536: Todos los templos de la secta Nichiren son arrasados por la secta Enryaku en Kioto.

1542: Llegada de los portugueses, los misioneros, las armas de fuego y las enfermedades venéreas.

1549: San Francisco Javier llega a Kyushu.

1568: Nobunaga llega a Kioto y destruye los templos budistas.

1573: Oda Nobunaga depone al último shogun Ashikaga.

1582: Nobunaga es asesinado.

1588: Edicto que limita la religión cristiana; se impiden las armas a los campesinos.

1590: Toyotomi Hideyoshi se convierte en kanpaku, regente.

1598: Hideyoshi realiza la invasión de Corea, pero su muerte frustra la acción.

Siglo XVII

Se populariza la pintura Ukiyo-e.

1600: Se introducen los peces de colores de China. Tokugawa Ieyasu aplasta a la oposición en la batalla de Sekigahara.

1603: Ieyasu establece el shogunato en Edo. Primera representación de kabuki.

La Reforma Gregoriana

La transición a la Baja Edad Media

Imagen: Abadía de Cluny (Francia) en 2016.

Entre los siglos X y XI se desarrolló un movimiento de protección frente a la violencia feudal en Europa Occidental. La llamada Paz de Dios buscaba controlar a los milites que participaban en las guerras privadas de los señores, que actuaban ya de forma independiente del poder del rey, y afectaban a la vida rural, provocando abandono de tierras, muchas eclesiásticas. En consecuencia la Iglesia convoca a nobles y vasallos para jurar respetar los días y lugares sagrados bajo pena de anatema y excomunión.

Este movimiento desborda sus intenciones originales y muchas facciones acabaron en las Asambleas de Paz, originando acciones heréticas, movimientos igualitarios que fueron perseguidos y condenados. Las propias asambleas se convirtieron, finalmente, en instituciones que los poderes feudales usaron en su provecho. Al mismo tiempo se genera la ideología trifuncional que recoge un antiguo mito ternario indoeuropeo que divide la sociedad en tres órdenes funcionales.

La trifuncionalidad se basa en una desigualdad triple y necesaria, en la que cada clase se complementa en las otras dos. Intenta, y consigue, acallar los movimientos libertarios de algunos grupos monásticos volviendo a un modelo antiguo de orden social basado en la desigualdad, pero cambiando la dicotomía libres y no libres. El feudalismo y la trifuncionalidad se consolidan en el siglo XI y en el XII ya están totalmente establecidos con tres órdenes: nobles, eclesiásticos y campesinos.

En medio de este contexto de apaciguamiento y orden del feudalismo se origina una reforma religiosa que intenta eliminar los vicios de la sociedad cristiana heredados de la anterior etapa. Los cluniacenses serán un pilar de la reforma a partir del cual se llegará a toda Europa desde Francia. Cluny es un monasterio fundado el 2 de septiembre de 909 por Guillermo I duque de Aquitania ya muy independiente de la administración central y señor de múltiples territorios. Las tierras del monasterio eran hacienda imperial, pero él las usa como si fueran suyas, de esta manera las entrega al abad Bernón para que establezca un monasterio a San Pedro y San Pablo.

En principio era un monasterio benedictino desvinculado de cualquier príncipe y respondiendo directamente al Papa. A partir de 950 surgen otros monasterios vinculados a Cluny, dependientes de la abadía en una estructura jerarquizada muy novedosa. La orden de Cluny era una organización centralista capaz de actuar en una red inter-feudal en una época que el estado se había desintegrado, y su entramado será un baluarte de la política romana durante el siglo XI. De esta manera el papado actuará libre de la influencia de los nobles que habían secularizado y controlado los monasterios.

El objetivo de la reforma era frenar el poder feudal y anteponer el poder espiritual al poder temporal. Surge como un movimiento defensivo para subordinar la autoridad feudal a la espiritualidad de la Iglesia. Los nobles estaban privatizando los cargos eclesiásticos y sus tierras gracias a su fuerza y la propia moral de la iglesia se estaba volviendo muy laxa respecto a los bienes terrenales. También era frecuente la simonía, control de cargos eclesiásticos por laicos mediante la compra y el clero no respetaba el celibato.

En 1050 el papa León IX inicia los principios reformistas que serán consolidados por Gregorio VII en 1073. El sucesor de León IX, Nicolás II, impone el sistema de elección del Papa entre los cardenales alejando así al emperador y los nobles de cualquier influencia en su elección. La reforma luchará para imponer el celibato entre los clérigos, para crear una barrera que diferencia a laicos y eclesiásticos, no por normas morales sino por cuestiones político-sociales. El matrimonio laico será indisoluble y se prohibió el incesto hasta el séptimo grado de parentesco. El clero ganará el control de los matrimonios siendo necesario para poder casarse.

A su final la reforma estableció una separación de los poderes temporales y espirituales, renovó la moralidad del clero, unificó los dogmas en Occidente (creando un Cisma con Oriente) y reforzó la autoridad del Papa. En los siglos subsiguientes se generarán una serie de cambios en las ciudades, la ciencia y la economía gracias en parte a esta reforma que desembocarán en el siglo XII con la creación de la escolástica, la burguesía y el arte gótico.

Organización del poder en Europa durante la Edad Media

Parentesco y vasallaje

Imagen: Ramón Berenguer (Siglo XI), conde de Barcelona, en una edición de los Usatges de Barcelona del siglo XIV. Hijo de Berenguer Ramón y nieto de Ramón Borrell. «En Ramon Berenguer comte e marches de Barchelona apoderador d’Espanya«.

Los lazos que relacionan a los señoríos banales entre sí son ajenos a la estructura estatal y emergen del ámbito privado, aunque tienen consecuencias de primer orden en el sistema social de la Europa medieval. Dentro de los ámbitos privados destacan las estructuras de parentesco y las relaciones de fidelidad. Ambas son complementarias e iguales que y se basan en relaciones principales y en la organización del poder.

Estructuras de parentesco

Existe una relación anterior al año 1000, aproximadamente (revolución feudal), que se rige mayormente por la sippe germánica. Consiste en una relación horizontal que da poca importancia a los ascendentes y descendientes, basada en tres generaciones y con foco en los parentescos colaterales. Es poco sólida respecto al territorio, es itinerante y no vincula familia y tierra. En cambio da la misma importancia a los parientes maternos (cognados) y a los paternos (agnados) a partir de una estructura de clan o familia extensa.

La onomástica juega con nombres dobles formados en dos partes que se combinan entre sí; el patrimonio es indivisible, compartiéndose los cargos entre varios miembros de la familia, al igual que el territorio, de esta manera dos miembros podían heredar un mismo territorio. En el caso del matrimonio éste es endogámico para evitar la dispersión del dominio, el poder y la riqueza.

Tras los cambios feudales encontramos una estructura de parentesco basada en el linaje. Es una estructura vertical sedentaria, adscrita al señorío banal, y se vincula el parentesco al territorio. La filiación es unilateral agnática, a través del padre, creándose así el linaje de generación en generación.

La onomástica cambia drásticamente tras el año 1000, anteriormente encontramos nombres germánicos duales y horizontales, tras ese año los nombres son nuevos, muchos de tradición latina. Por ejemplo:

Raimundus tuvo tres hijos: Berengarius Raimundus, Alpertus Raimundus y Petrus Raimundus. Berengarius tuvo un hijo posteriormente al que llamó Raimundus Berengarius Castelleti en herencia del padre (Berengarius) y del abuelo (Raimundus) y además añadió un apellido onomástico/toponímico (Castelleti). Los hijos de éste se llamaron Raimundus Castelleti y Petrus Castelleti, ya sin el segundo nombre.

El patrimonio en el linaje es topofílico, aunque inicialmente existía una división del territorio entre los hijos, más adelante todo, o casi todo, el territorio era heredado por el primogénito. De esta manera se evitaba dividir en unidades menores el patrimonio. El matrimonio se usaba para adquirir alianzas y pactos y reforzarlos posteriormente estableciendo lazos de parentesco.

Existían dos tipos: el exogámico con alianzas lejanas para reforzar convenios y tratados políticos, este tipo era muy inestable y polígamo, a menudo sucesivo mediante divorcios y repudiaciones, y el endogámico, que se utilizaba para asegurar el control y dominio de una zona a pequeña escala, por ejemplo casando al primogénito del vasallo con una hija del señor y posteriormente al hijo de éstos con una hija del primogénito del señor (su prima).

Debido a los derechos de primogenitura existía la cuestión de los segundos hijos (llamados iuvenes). Normalmente se usaban como parte del sistema de casamientos, pero aquellos que no lo hacían se designaban como lideres de bandas armadas de mercenarios o guardia personal.

Relaciones de fidelidad

Es un sistema de relación de los linajes entre iguales y entre vasallos que funciona tanto individualmente como con linajes/territorios. De esta manera se jerarquizan y distribuyen los linajes y los poderes. Había dos tipos de relación:

· La relación entre iguales (conveniencias): que eran contratos de paz entre linajes.

· La relación feudo-vasallática: que era un juramento de fidelidad a cambio de un feudo, jerarquizada.

Poco a poco estas relaciones se irán apropiando de lo público y se convertirían en los engranajes del poder en la sociedad de la Edad Media a partir del siglo XI. Dentro de las relaciones también encontramos a los milites.

Los milites (que derivarán con el tiempo en cavalier) son grupos reducidos de guerreros a caballo que rodean a un señor y representan la violencia de la sociedad feudal. Estos profesionales de la violencia no tienen potestas ban, pero trabajan para quien lo tiene. Nacen durante la revolución al servicio de los señores y viviendo en los castillos, donde suelen residir.

Los lazos entre ellos son privados y semejantes a los de señor/vasallo, pero aquí no se entregan feudos sino que se adscriben a la jurisdicción del señor, siendo casi de su familia. Le denominaban senior al contrario que los campesinos que usaban dominus. Su función era mantener el distrito bajo el orden feudal.

La transición feudal

De la edad antigua a la edad media

Imagen: homenaje al rey Alfonso II «el Casto» de Aragón en el Liber Feudorum Maior (1192).

En torno al año 1000 tuvo lugar lo que se puede denominar la «revolución feudal». Este concepto, y su interpretación como «revolución», fue acuñado durante los años 70 del siglo XX por Georges Duby, aunque ya antes existía un debate entorno al feudalismo. La palabra empezó a utilizarse estrechamente en relación con el Antiguo Régimen a principios del siglo XIX, de forma despectiva y equivalente a barbarie, falta de estado y despotismo. Paralelamente se crearon dos lineas de investigación: una en torno al derecho privado, muy restringida y sólo en el ámbito del Derecho, y otra de carácter económico relacionada con el modo de producción feudal, estado intermedio entre el esclavista y el capitalista.

A partir del siglo XX esas dos lineas lineas opuestas en torno al feudalismo son objeto de crítica. Marc Bloch en los años 30 valoraba negativamente esas posturas extremistas buscando alejar el concepto de feudalismo del de institución de derecho o modo de producción y del de antiguo régimen. La vertiente institucional estudiaba el feudalismo ligado al feudo y al vasallaje, como parte exclusiva del derecho privado mientras que la vertiente materialista lo trataba como un modo de producción económica más, vinculada a las tesis marxistas. A partir de 1970 se insiste en precisar más y estudiar el feudalismo como un sistema social que engloba tanto la manera de producir, como aspectos culturales y de derecho, y a analizarlo como sistema social de forma más holística.

Guy Bois, a partir de las ideas de Duby, profundizó en esa linea tras investigar la región de Cluny en Francia. Estableció que existe una ruptura respecto a la sociedad anterior al año 1000 aproximadamente y planteó que:

  • Europa vivía con unas estructuras de modelo antiguo hasta ese año.
  • Esas estructuras adolecían de disfuncionalidades y sufrían de altibajos.
  • La revolución feudal sucedió en un periodo de larga duración coronado con una ruptura de unos 35 años que originó el sistema feudal.

En el sistema de la antigüedad la jerarquía social se basaba en el eje de personas libres y no libres (esclavos mayoritariamente). La función política la realizaba un estado centralizado que controlaba la fiscalidad, utilizando la ciudad como elemento vertebrador y central de la administración y el comercio, absorbiendo la riqueza del campo de forma unilateral.

En el nuevo sistema feudal medieval la jerarquía social se basaba en la barrera de señores y campesinos. La función política la ejercía el señor de una forma privada que controlaba la justicia y el fisco. La ciudad, al contrario que en el mundo antiguo, pierde protagonismo y se equipara al campo, funcionando como mercado, y existiendo una relación bilateral entre ambos.

En una generación a finales del siglo X se rompió con el Imperio Romano definitivamente, eliminando sus instituciones y quedando sólo el nombre de algunas de ellas (como el título de emperador). Las substituirían otras nuevas basadas en el dominio ejercido por unos señores a través de la fuerza y legitimadas por la religión, para intentar mantener la paz. La violencia feudal vería su máximo durante los siglos X y XI cuando los diferentes señores luchaban por las parcelas de poder de Europa, mientras la iglesia intentaba no ser absorbida por la vorágine.