El Holocausto Gitano

Imagen: Homenaje a los gitanos muertos en el Holocausto. Una vela siempre encendida, diversos ramos de flores en dedicatoria y un libro con los nombres de los gitanos que estuvieron en Auschwitz. Gedenkstätte der Sinti und Roma (Memorial de los Sinti y Roma), Heidelberg, 2015.

Los gitanos son llamados de muchas maneras: romaníes, zíngaros, rom o sinti son algunos ejemplos. Son una etnia originaria de la India, de la región del Panyab, que en el siglo XI migraron hacia occidente llegando en gran número a Europa durante el siglo XV y repartiéndose por casi todo el continente, aunque en mayor medida por Bulgaria, Eslovaquia, Rumanía, Serbia y Hungría. Hablan su propio idioma de origen indoeuropeo con diversas variedades regionales según la tierra de acogida.

Los gitanos han tenido un estilo de vida prácticamente nómada durante mucho tiempo y esto ha conformado su identidad en gran manera. Aunque esa práctica es más una consecuencia de las restrictivas leyes racistas que les impedían practicar ciertos oficios también era más común que los gitanos sedentarizados recibieran más fácilmente castigos de las autoridades, lo que propiciaba su movilidad. La migración y los oficios itinerantes o ilegales (mercaderes, ladrones, contrabandistas) se volvieron la única alternativa.

Europa tiene una larga y negra tradición de racismo, expulsión y maltrato de las etnias no europeas. En el caso de los gitanos estos fueron esclavizados en Rumanía hasta la abolición de la esclavitud en el siglo XIX. Los orígenes de esta persecución datan de su primera llegada al país en el siglo XIII relacionada con las invasiones de los mongoles. Los mongoles los utilizaban como auxiliares y esclavos comerciando con los europeos, que los compraban o los capturaban como prisioneros de guerra, esclavizados posteriormente. Huyendo de la invasión otomana en el siglo XV los gitanos se desplazaron hacia el resto del continente donde serían tratados como espías. En España se les llegó a internar en campos de trabajos forzados en el siglo XVIII y se les prohibió su entrada en los países anglosajones durante el siglo XIX.

Durante esa época las teorías del darwinismo social y del racismo científico crearon las justificaciones públicas para la sempiterna persecución de las minorías étnicas en Europa, sobre todo de judíos y gitanos. La transformación de Alemania en un potente estado industrial durante el XIX provocó, además, una desvalorización de los oficios practicados por los gitanos y en consecuencia una pérdida de prestigio social considerable.

Durante la república de Weimar se les prohibió entrar en piscinas y parques y se les representaba como criminales y espías. Empezando por Baviera se les prohibió viajar por el país y se les forzó a recluirse en zonas controladas. Entre 1927 y 1929 se abrieron Centros de Lucha contra los Gitanos y leyes que les forzaba a identificarse.

En 1933 el nazismo empezó a prevenir la reproducción de aquellos que consideraba indignos  e inició la clasificación racial de los gitanos, según criterios de superioridad o inferioridad racial. La “cuestión gitana” (Zigeunerfrage) fue “solucionada” en 1936 a partir de las conclusiones de la experimentación nazi: solo los gitanos de pura raza serían perdonados en reservas mientras que el resto, impuros, serían exterminados. Muchas veces las listas confeccionadas a tal efecto no salvaron a los “gitanos de pura raza”.

Durante la II Guerra Mundial se produjo el Porrajmos (destrucción, en romaní), un genocidio ideado por el nazismo contra el pueblo gitano. Las leyes de Núremberg despojaban a los gitanos de la ciudadanía alemana, se les persiguió, encerró y finalmente exterminó en diversos campos de concentración. Se estima un total de entre 220 000 y 1 500 000 de muertos. En 1942 se empezó la deportación en masa y exterminio en Auschwitz y Treblinka mediante la Operación Reinhard.

El pueblo romaní fue el segundo grupo étnico que más sufrió la persecución y el asesinato de los nazis, pero fueron olvidados durante los juicios de Núremberg, donde ningún gitano fue llamado a declarar. Incluso tuvieron problemas a la hora de beneficiarse de la reparación en la categoría de Bienes Saqueados, cuando se argumentó que no tenían tales posesiones y que lo poco que tenían procedía del robo. Todo ello, aun sabiendo que los gitanos fueron los únicos equiparados en las leyes de Núremberg con los judíos para ser exterminados sistemáticamente [1].

[1] http://bibliotecadeladeportacion.blogspot.de/2012/09/porrajmos-holocausto-gitano.html