Imagen: Ehrenfriedhof (cementerio del honor) de Heidelberg en 2015. Situado en la colina de Ameisenbuckel sobre el cementerio Bergfriedhof, fue construido entre 1933 y 1935 para dar cabida a los más de 2000 soldados de la ciudad fallecidos durante la I Guerra Mundial.
Dulce et decorum est
Doblados como viejos mendigos bajo bolsas,
Chocando las rodillas y tosiendo como viejas, maldecimos a través del lodo
Hasta darle la espalda a las condenadas bengalas
Y empezar a arrastrarnos a un descanso remoto.
Los hombres marchaban dormidos. Muchos ya sin botas
Cojeaban calzados de sangre. Todos patéticos, ciegos todos,
Ebrios de cansancio, sordos incluso a los silbidos
De proyectiles decepcionados que caían más atrás.
¡Gas! ¡Gas! ¡De prisa, chicos! En un éxtasis de torpeza
Nos calamos torpes cascos justo a tiempo;
Pero alguno seguía pidiendo ayuda a gritos tropezando.
Indeciso como un hombre ardiendo en llamas o cal viva,
Borroso tras los vidrios empañados y a través de aquella verde luz espesa,
Como hundido en un mar verde, lo vi ahogarse.
En todos mis sueños, ante mi vista indefensa,
Se abalanza sobre mí, se atraganta, se ahoga, se apaga.
Si en algún sueño asfixiante también pudieras seguir a pie
La carreta donde lo arrojamos
Y ver cómo retorcía los blancos ojos en la cara,
Una cara colgante, como un diablo harto del pecado;
Si pudieras oír, a cada tumbo, la sangre
Vomitada por pulmones de espuma corrompidos,
Obsceno como el cáncer, amargo como pus
De viles llagas incurables en lenguas inocentes,
Amigo mío, no contarías con tanto entusiasmo
A los niños que arden ansiosos de gloria
Esa vieja mentira: Dulce et decorum est
Pro patria mori.
– Wilfred Owen (1920)
La I Guerra Mundial (IGM) es uno de los sucesos más importantes de la Europa del siglo XX. El llamado «siglo XX corto» de Hobsbawm, 1914 a 1989, podemos dividirlo en dos etapas muy claras: la Guerra Civil Europea (1914-1945) y la Guerra Fría (1945-1989). Esta última etapa incluiría un periodo de descolonización por parte de Europa entre los años 1945 a 1960, mientras que la primera etapa está formada por la I y II Guerras Mundiales, así como el periodo Entreguerras (1918-1939), la Guerra Civil Española (1936-1939) y la Guerra Civil Griega (ya en 1949).
La Guerra Civil Europea (Enzo Traverso) surge de una dialéctica violenta en el continente entre dos ideas antagónicas: el fascismo y el comunismo. La lucha entre ambos bandos lleva a la eliminación del estado liberal y democrático del siglo XIX, la destrucción física de Europa y su fin como potencia mundial, además de provocar la descolonización. Dos ganadores surgen de la guerra civil: los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Los precedentes de la IGM provienen del callejón sin salida de la carrera imperialista, cuando ya no quedan territorios para colonizar y expandir los imperios europeos, siendo el principio del fin el año 1871 cuando Italia, recién unificada, entra en la carrera conquistando Eritrea y Libia. También influyó de manera notable la educación y el adoctrinamiento nacionalistas del siglo XIX, basados en el estado-nación, el idioma, ideas imperiales, caricaturización de los extranjeros y un vínculo casi místico de la nación y su territorio. Finalmente, la situación en los Balcanes era insostenible, con una competencia entre diversos estados (Grecia, Rumanía, Serbia, Bulgaria y Albania) por el control de la península, y con un Imperio Otomano preocupado por la pérdida de territorio en la región (rebelión Serbia contra los jenízaros que culmina con la independencia en 1878 y guerras balcánicas de 1912-1913, que duplicaron el tamaño de Grecia).
Las reivindicaciones Serbias de territorios bosnios controlados por el Imperio Austro-Húngaro fueron el detonante de un ultimátum austríaco que llevó a una escalada de conflictos bélicos entre diversos países provocados por los factores que acabamos de mencionar. Austria recibió apoyo de Alemania, Italia y Turquía mientras que Serbia aglutinó en su bando a Francia, Gran Bretaña y Rusia (los aliados). El inicio de la guerra en 1914 movilizó a un gran número de jóvenes que se alistarían voluntariamente al ejército para luchar de forma romántica.
Toda Europa se implicaría en la guerra, excepto España, donde los republicanos apoyarían a los aliados y los monárquicos y germanófilos al bando alemán. Pero los contendientes no fueron fijos en toda la guerra, Italia cambió de bando seducida por un futuro pago de Gran Bretaña que nunca llegó, los Estados Unidos de América entraron a favor de los aliados en 1917 y Rusia se retiró tras la Revolución Soviética del mismo año.
La llamada Gran Guerra por los contemporáneos se convirtió en la mayor destrucción conocida por la Humanidad. Desde 1815, la mayor guerra que se había visto en Europa fue la Franco-Prusiana con 150 000 fallecidos. Los 9 millones de muertos producidos por la IGM llevarían más adelante (junto a las víctimas de la II Guerra Mundial, mucho más numerosas) a un miedo de Europa al conflicto bélico y al menosprecio de la muerte de extranjeros luchando por los intereses europeos. El trauma de guerra provocaría movimientos pacifistas, aventureros incapaces de volver a una vida civil y veteranos que se organizarían en grupos paramilitares (Freikorps) afiliados a los partidos políticos de posguerra.
Los principales países industriales (Gran Bretaña, Francia y Alemania) se enfrentaron para obtener el control del comercio y la producción mundial mediante un ideario capitalista en el que no había límite al crecimiento, los objetivos militares eran, por tanto, ilimitados. De esta manera se vinculó política y economía en una carrera armamentística previa a la guerra, con un estado intervencionista en el que todo valía para ganar y la rendición tenía que ser forzosamente incondicional. El hierro y el carbón de Alsacia y Lorena, el trigo Ruso y las rutas hacia la India por el norte de África y Oriente Medio, fueron objetivos prioritarios para los combatientes.
La victoria final fue de la amoralidad, se utilizó la guerra química y se bombardearon ciudades y a civiles. La Belle Epoque europea de los años 1871 a 1914 llegó a su fin, perdiéndose la inocencia. La tecnología y la ciencia se utilizaron no para mejorar la vida de la Humanidad, sino al servició de la irracionalidad y la muerte. Un 20% de los hombres menores de 30 años fallecieron en el conflicto y un 66% fue herido o afectado. La bancarrota de los estados fue lo que terminó con la guerra, solo los Estados Unidos se vieron beneficiados del conflicto gracias al comercio transatlántico.
Las consecuencias de la IGM se ven reflejadas en el Derecho de Autodeterminación de los Pueblos de Woodrow Wilson (1918) y el Tratado de Versalles de 1919. Se crea Yugoslavia mediante acuerdos con Gran Bretaña y se reduce a Alemania al límite, dejando al país sin el control de la región industrial del Rin-Rhur y una deuda imposible de pagar. Todos los estados contendientes de la guerra acabaron al límite de sus fuerzas, excepto los EUA que fueron el peso que decantó la balanza a favor de los aliados.
Debido a que no se pagó lo prometido a Italia, la desestabilización posterior del país condujo, en parte, al fascismo. A su vez el enorme castigo impuesto a Alemania y Austria produjo un sentimiento de humillación que se acrecentaría en los siguientes años llevando, junto a otros factores, al nazismo. El imperio Otomano por otro lado, fue repartido entre los aliados provocando una revuelta nacionalista turca en Anatolia que expulsaría a los griegos de la península. Grecia fue incapaz de absorber esa población y desembocó en un alzamiento fascista en 1936. La revolución en Rusia, y su posterior guerra civil hasta 1921, junto a la revolución alemana de 1918-19 influyeron en gran medida en provocar un clima de violencia en todo el continente que, justo al salir de la Gran Guerra, se vería envuelto en una lucha entre la Revolución y la Contrarrevolución.