Imagen: Dehesa en Andújar, Jaén (2016).
En esta entrada analizaremos el subsistema biofísico dentro del sistema andaluz, siguiendo un esquema diferente al que utilizamos para Cataluña y su territorio. Andalucía es un punto de unión entre Europa y África, entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Múltiples culturas la han poblado y colonizado siendo el paso de migraciones de pueblos enteros, incluso en la actualidad, lo que la sitúa en un punto estratégico de control geo-político. Tiene una superficie de 87 268 km² representando el 17’3% del total de España; una extensión mayor que la de países como Bélgica, Holanda, Dinamarca o Suiza. Se encuentra en la región templada de la Tierra entre los paralelos 36 y 38 norte y entre la longitud 2 y 3 oeste, siendo la región más meridional del estado español en la península Ibérica. El límite norte está marcado por Sierra Morena y separa dos mundos diferentes: la Meseta Castellana y el Valle del Guadalquivir. La frontera oeste la define el río Guadiana y la sur la costa atlántico-mediterránea, el este no tiene unos límites claros, pero los sistemas montañosos sub-béticos forman una cierta separación.
El medio ambiente es un factor interno muy importante del sistema andaluz que afecta a su desarrollo socio-económico condicionando las políticas que se llevan a cabo. La realidad del subsistema biofísico de Andalucía nos habla de un sistema sometido a diversos tipos de tensiones que perfilan su situación actual e hipotecan las perspectivas futuras: distribución y tipo de los recursos y amenazas naturales.
Existe una marcada variedad geológica, organizada de este a oeste. Hay cuatro grandes regiones: Sierra Morena, las cordilleras Béticas, el valle del Guadalquivir y el extenso litoral. Las dos primeras son estructuras montañosas, destacando en altura y extensión la segunda. La forman el sistema Sub-bético, formada por las sierras de Cazorla, Segura y Sagra y el sistema Peni-bético ubicado más al sur próximo al Mediterráneo y donde se encuentran las mayores elevaciones de la península, destacando Sierra Nevada y el Mulhacén (3 478 m). Sierra Morena en el norte contiene montañas de altura media en las sierras de Aracena (Huelva), los Santos (Córdoba) y Andújar (Jaén).
El valle del Guadalquivir (Wadi al-Kabir, río Grande, el romano río Betis) se caracteriza por ser una planicie baja ubicada entre Sierra Morena y los sistemas Sub-béticos, tiene forma triangular con la parte más ancha en la desembocadura. Cerca del nacimiento del río se forma un valle estrecho de relieve ondulado, en el curso central se encuentra la Campiña y en la parte baja abundan las marismas.
El litoral andaluz se divide entre los dos grandes cuerpos de agua al este y al oeste unidos por el estrecho de Gibraltar (Yabal Tariq, monte de Tárec). La costa atlántica es baja y arenosa, sin cortes, con extensas playas y grandes dunas. La costa mediterránea, al contrario, es más elevada y rocosa debido a las sierras Peni-béticas, fragmentada y con diversos tipos de playas. Esta doble vertiente provoca un sub-sistema hidrológico dualista con la mayoría de ríos desembocando en el Atlántico y cortos ríos en la costa mediterránea, con gran pendiente, caudal escaso e irregular y que dan lugar a inundaciones periódicas.
El elemento atmosférico se puede definir como Mediterráneo, con inviernos suaves y veranos cálidos, aunque con marcadas diferencias regionales. Las precipitaciones disminuyen de oeste a este. El lugar con mayores lluvias de Andalucía, y de los mayores de España, se encuentra en la Sierra de Grazalema (2 138 mm anuales) mientras que en el otro extremo encontramos el Cabo de Gata (117 mm anuales) el lugar menos lluvioso de Europa. Podemos habar de tres regiones, una Andalucía húmeda en las tres cordilleras principales, una árida en la provincia de Almería y la Hoya de Guadix-Baza y el Valle del Guadalquivir con precipitaciones moderadas. Hay grandes oscilaciones en los días de lluvia variando entre 50 y 300, con una media de 75 al año. El valor medio de las temperaturas son 16ºC variando desde los 18’5ºC de Málaga a los 15’1ºC de Baeza. El mes más frío es enero (media de 6’4ºC en Granada) y el más caluroso, agosto (media de 28’5ºC en Écija). Las sierras de Granada y Jaén son las que registran las temperaturas más bajas de todo el sur de España.
Los dualismos territoriales en Andalucía se encuentran fuertemente marcados por la vegetación con grandes contrastes entre el Valle del Guadalquivir y las montañas. La región ha sido ampliamente explotada por el ser humano y ha provocada una deforestación general, siendo el cultivo agrícola el paisaje predominante. Al mismo tiempo encontramos zonas menos explotadas en las montañas y en los cotos de caza. Predomina el bosque mediterráneo de encina y sabina (en partes altas), con un pino omnipresente, mientras que los robles pertenecen a las montañas con suelos calizos. Las grandes diferencias pluviométricas dan lugar a un gran número de endemismos y especies exclusivas, por ejemplo en la costa predomina el palmito.
La corología biogeográfica enmarca a Andalucía en la región boreo-mediterránea, con temperaturas suaves y largas sequías, siendo dominante la encina, aunque en las zonas más secas aparece, no obstante, la estepa. La realidad agrícola en Jaén y Córdoba a hecho desaparecer la cubierta natural de vegetación sustituyéndola por plantaciones de olivos, en Huelva se ha introducido con fuerza el cultivo del eucalipto y la presión antrópica ha eliminado las zonas pantanosas y el bosque de ribera. El paisaje aparece deforestado, con grandes extensiones de olivos y dehesas.
La gran diversidad ecológica ha dado lugar a una serie de políticas de protección ambiental que resultan en un plan de espacios naturales protegidos donde destacan: el Parque Natural de Sierra Nevada, parte de la Reserva de la Biosfera de la Humanidad; el Parque Natural de Doñana, uno de los más extensos de Europa y el Desierto de Tabernas, único desierto europeo.
En Andalucía la capacidad de uso del suelo es alta y éste es muy fértil, aun así existen una serie de catástrofes naturales importantes en la región como son las sequías, las inundaciones y las olas de calor. La mayoría de aguas superficiales se concentran en el Valle del Guadalquivir y las subterráneas en la costa mediterránea. En conclusión la economía, la salud humana, el poblamiento, el turismo, la actividad agraria, la pesca y la caza están muy influidas por el subsistema biofísico andaluz, siendo éstas las actividades más importantes de la región y la mayoría de ellas situadas en el Valle y en la costa como veremos en la siguiente entrada.